MISCELÁNEAS
Biografía del Patriarca
MELETIOS METAXAKIS
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La idea de escribir esta breve reseña biográfica acerca del más harto original Patriarca del siglo XX, se debe en parte, a la mayor clarificación del contexto religioso, ideológico y político en el que surgió el Vétero Calendarismo. No se trata, estimado lector, de juzgar al Patriarca Meletios, pero sí en cambio, conocer sus obras, historia y proyectos para con la Iglesia Ortodoxa.
Otra idea, es que por medio de estas líneas, se pueda apreciar un poco mas nítidamente a este casi desconocido movimiento tradicional ortodoxo dentro del Mundo hispano, ya que no se trata de un movimiento menor dentro de la ortodoxia, puesto que tan sólo en Grecia, mas 1.000.000 de ortodoxos adhieren al vétero-calendarismo a través de algunos de sus Sínodos; sin embargo es de destacar que no se trata sólo de un fenómeno de la Iglesia Griega, sino que este movimiento se irradió a países como Bulgaria o Rumania, en dónde por ejemplo en este último país cuenta con unos 500.000 fieles. Los ideales de pureza doctrinal que inspiraron a este movimiento, permanecen aún intactos, mas allá de ciertos excesos en su celo por parte de algunos de sus Jerarcas.
Meletios Metaxakis como Arz. de Atenas.
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Meletios Metaxakis, fue Metropolita de Kition, en la Chipre bajo dominio británico, si bien él no era oriundo de Chipre, sino que era de origen cretense. Este obispo se destacó siempre por sus grandes aptitudes políticas, aunque dotado de cierta imprudencia; pero ya sea por lo primero, o lo segundo, accede de manos del Ministro griego Venizelos a la sede del Arzobispado de Atenas, y por ende a la Jefatura de la Iglesia Ortodoxa Griega. Corría el año 1917. Debemos mencionar que el ministro Venizelos había sido excomulgado algunos meses antes por el Santo Sínodo, que lo hizo con la única finalidad de agradar al Rey Constantino (padre de la actual Reina de España, Doña Sofía), sin embargo, al ser expulsado el Rey de Grecia, el ministro Venizelos reasumió el gobierno griego, convocando a un nuevo Sínodo que se encargó de excomulgar al Arz. de Atenas , Teocleto, el cual había sido nombrado por el Rey, también dicho Sínodo excomulgó a algunos otros obispos adictos al Rey. Una vez que Venizelos se libró de sus enemigos eclesiásticos se agenció para ocupar dicha sede a un amigo suyo: Meletios Metaxakis, el cual asumía su nuevo oficio con una agenda plagada de reformas audaces, como ser: El libre matrimonio de los obispos, reformas en el canto eclesiástico, servicio militar de los clérigos, supresión del monacato, etc.; sin embargo no pudo perpetrarlas a falta de tiempo y de sustento político, ya que el Rey Constantino volvía a tomar las riendas del gobierno de Grecia, expulsando a Meletios, y nombrando nuevamente al Arz. Teocleto al frente de la Iglesia Ortodoxa Griega en el mes de Noviembre de 1920.
Meletios Metaxakis como Patriarca Ecuménico.
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Aquellos años fueron de gran agitación dentro del Phanar, sumido en las eternas luchas internas entre las distintas facciones de los sucesivos gobiernos griegos y además de los enfrentamientos de estos con los turcos; es comprensible que dentro de ese complicado panorama no fuera el momento mas óptimo para poder elegir un Patriarca, es por esto que en el año 1921 se nombró como administrador del Patriarcado a Nicolás, Metropolita de Cesarea, el cual al poco tiempo de ser nombrado, convocó a un Sínodo para la elección de un nuevo Patriarca; como resultado del mismo, el 8 de Diciembre de 1921, fue electo el Metropolita Meletios Metaxakis, pero esta elección no traería la paz a la Iglesia, puesto que la primera oposición aparecería por el lado del gobierno turco, el cual se negaba a reconocerlo, dado a que no era de nacionalidad turca; otro problema que surgió era que tampoco lo aceptaba Atenas, debido a sus simpatías con Venizelos, y como si todo esto fuera poco, las demás Iglesias Ortodoxas a las que se le había comunicado su elección se negaban a aceptarlo. El gobierno griego, mientras tanto, convocaba en Salónica a los Metropolitas de las provincias para proceder a realizar una nueva elección; sin embargo, el astuto Meletios supo sobreponerse a las adversidades, y apostó a la “política del hecho consumado” haciendo una gran entrada triunfal en la ciudad de Constantinopla en calidad de nuevo Patriarca electo, el día 6 de Febrero, ante la apoteosis del pueblo a su arribo; nadie se atrevió a oponérsele.
Meletios Metaxakis, luego de su deposición de la sede ateniense el año anterior (1920) viajó a América, no sin antes visitar Londres y París para conseguir apoyo por parte de las potencias occidentales a favor de las minorías griegas residentes dentro del Estado Turco, este dato no es menor, ya que de ahí nace el apoyo popular que le permitió acceder al trono patriarcal. Este apoyo fue especialmente fuerte entre los griegos constantinopolitanos.
El Patriarca Meletios asumía su nuevo oficio lleno de planes y reformas, pero estos planes y reformas (al igual que en su paso por Atenas) desagradaban a la gran mayoría, por lo cual se empezó a propalar la versión (bastante creíble) de que el nuevo Patriarca adhería a la “francmasonería”. Al parecer dichas reformas estaban mas destinadas a agradar a sus aliados de occidente (tal cual lo hizo el Patriarca Cirilo Lukaris en el siglo XVI), antes que a satisfacer a la feligresía griega.; sin embargo, sus audaces ideas no lograban la adhesión de sus metropolitas, ya que de los 69 que pertenecían al Patriarcado, tan sólo 27 le prestaban obediencia. El Patriarca perdía cada vez más apoyo y poder, y ya en el culmine de su desgobierno pretendió cobrar un impuesto especial sobre sus fieles con la amenaza de excomulgar a quienes no pagasen, la respuesta no tardó en venir: una multitud enardecida invadió el Palacio Patriarcal el 1ro de Junio de 1923, llegando incluso a golpear al mismísimo Patriarca Meletios en su residencia; es de destacar que entre los manifestantes había tres metropolitas y algunos altos funcionarios del Phanar hostiles a su gestión. Luego de esta experiencia tan poco edificante, el Patriarca optó por pedir tres meses de licencia “por razones de salud”, debiendo abandonar Constantinopla escoltado por la policía.
Unos días mas tarde, el 23 de Julio, le quitaban al Patriarcado (según lo estipulado en el tratado de Lausanne), todas las atribuciones que había tenido como poder civil sobre las minorías griegas, conservando sólo su función estrictamente religiosa. Esto significó la pérdida de un derecho adquirido por los Patriarcas de Constantinopla a lo largo de siglos de dominación otomana, y todo se perdía ahora en manos de Metaxakis, el cual debía agradecer a sus amigos franceses la permanencia, aunque precaria, en su cargo.
La amenaza de la “Iglesia Ortodoxa Turca”
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El clima que se había instalado en el Phanar por las reformas de Meletios, sumado a las tiranteces entre griegos y turcos llego a su paroxismo cuando el gobierno de Turquía intentó crear una “Iglesia Ortodoxa Turca” que le fuera leal y menos conflictiva; el gobierno halló el instrumento ideal en un sacerdote llamado Eutimios. El proyecto gubernamental trataba de la erección de un nuevo “Patriarcado” en el cual el Patriarca debería ser nombrado por el gobierno, también se dejaba establecido que se introduciría el idioma turco como su lengua litúrgica, y por último su Sede Patriarcal se asentaría sobre Cesaréa de Capadocia. La finalidad de esta nueva Jurisdicción sería la de librar a los ortodoxos del “yugo del Patriarca de Constantinopla”.
El sacerdote Eutimios supo capitalizar muy bien el apoyo turco, logrando ser recibido con todos los honores en Constantinopla, dónde se presentó como una suerte de salvador de la institución patriarcal. El Santo Sínodo, que a esas alturas ya estaba mas confundido que nadie, aceptó las “desinteresadas” sugerencias del sacerdote Eutimios, por lo cual declaró vacante la Sede Patriarcal el 22 de Septiembre de 1923; sin embargo no pudo realizarse una elección, ya que las tropas aliadas se retiraban el 2 de Octubre, ocasión que el aguerrido Eutimios no perdió para ingresar el mismo al Phanar con la finalidad de expulsar a todos los metropolitas del Santo Sínodo , cuyas sedes quedaran fuera de Turquía, gesto con el que buscó granjearse un mayor apoyo gubernamental a fin de instaurar el “Patriarcado Turco”.
Fin del Patriarcado de Meletios Metaxakis.
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En medio de todo este caos, Meletios declaró nula su dimisión o deposición, por lo que comenzó a intrigar con el propósito de instalar en Salónica la Sede del Patriarcado Ecuménico, pero como de costumbre, no logró el apoyo de nadie, es más, incluso provocó una fuerte oposición del gobierno griego, con lo cual Meletios Metaxakis decidió presentar su definitiva dimisión al Oficio de Patriarca Ecuménico. Su sucesor fue el Patriarca Gregorios VII; el cual debió enfrentar una nueva insurrección del molesto Eutimios, el cual declaró nula su elección e intentó invadir (como había tomado por hábito) las dependencias del Phanar; sin embargo, ya sin el apoyo del gobierno de Ankara, fue repelido por la propia policía turca. Ese mismo año, el Santo Sínodo destituyó al sacerdote Eutimios, el cual no solo haría caso omiso de tal acto, sino que reaparecería en 1926 como obispo para enfrentar al Patriarca Basilios III. Según Eutimios, dos metropolitas del Phanar lo habían consagrado obispo.
Luego de esta breve reseña, podemos darnos una idea de cuan particular fue este Patriarca, el cual llegó incluso a simpatizar con la “Iglesia Ortodoxa Viviente”, la cual fue una especie de ensayo del gobierno soviético por dividir a la Iglesia Ortodoxa Rusa; esta Iglesia prodigaba gran apoyo al gobierno comunista, además de propalar entre otras cosas, la idea del matrimonio de los obispos (proyecto que intentó impulsar el propio Metaxakis dentro de la Iglesia Griega). La “Iglesia Ortodoxa Viviente” conseguiría gracias al apoyo y simpatía de Meletios, un fugaz reconocimiento por parte de Constantinopla, sin embargo, esta Iglesia fue disuelta por el propio gobierno soviético que en un principio les dio apoyo.
Una de las reformas del Patriarca Meletios que más molestó al pueblo griego, fue el cambio de calendario, por el cual Constantinopla abandonaba el calendario común a toda la ortodoxia (es decir el Juliano) para adoptar el calendario gregoriano occidental; este cambio tuvo grandes implicancias litúrgicas y eclesiales, ya que Constantinopla considerada la Iglesia Primada de toda la ortodoxia, venía a quedar desfasada en sus celebraciones litúrgicas, del resto de las Iglesias Ortodoxas. Muchos griegos apostaron a que algunos de los sucesores del Patriarca Meletios, (en especial de Basilios III) diera marcha atrás en esa reforma, pero todo fue inútil. Sin embargo muchos monjes sacerdotes del Monte Athos no siguieron las nuevas directrices de Meletios, y prosiguieron celebrando la liturgia según el calendario Juliano. No sería hasta el año 1935 , en el que un grupo de obispos, haciéndose eco del reclamo de muchos seglares y monjes sentarían las bases de lo que hoy se denomina Vétero Calendarismo.
Meletios Metaxakis como Patriarca de Alejandría
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Como pudimos observar, Meletios, abandona la sede de Constantinopla, para asaltar la de Alejandría, cuyo gobierno no fue mucho mas exitoso que el de Atenas o Constantinopla, ya que introdujo también allí el nuevo calendario, prosiguiendo también con la reforma eclesiástica de su antecesor, dándole un estatuto propio a los Arzobispados y al Santo Sínodo. Todas estas medidas cayeron tan mal a los griegos como a los sirios recientemente inmigrados. Además dictó un reglamento para la elección de un futuro Patriarca, la cual (para variar) no agradó a nadie, ni a los cristianos, ni al gobierno musulmán de El Cairo; sin embargo no todo fue negativo durante su gestión que culminaría con su muerte en 1935, ya que él fue el primer Patriarca Alejandrino en agregar “y de toda Africa” en el título Patriarcal de dicha sede, logrando mantener cierta unidad jurisdiccional dentro de Africa. (aunque por ejemplo los ortodoxos serbios no reconocen este título al Patriarca Alejandrino)
Conclusión
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Como podemos apreciar, el surgimiento del vétero calendarismo, no fue un capricho cismático, ni su causal un simple asunto de Calendarios, sino que hunde sus raíces mucho mas profundo emergiendo como una respuesta válida a la amenaza (aún latente) que sufre la Iglesia Ortodoxa en su tradición y eclesiología.
Más de medio siglo pasó desde aquel triste gobierno de Meletios Metaxakis, pero algo de sus ideas aún perduran en la mente de algunos jerarcas ortodoxos, quienes adhieren entusiastamente al Consejo Mundial de Iglesias, (organismo totalmente ajeno a la eclesiología ortodoxa tradicional), u de otros que relativizan el valor de la Tradición Canónica, sugiriendo la posibilidad de permitir el casamiento de obispos.