Carta dirigida al Metropolitano Laurus y a todos

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尼古拉前执事
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Carta dirigida al Metropolitano Laurus y a todos

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TRADUCCIÓN DEL RUSO

septiembre - octubre 2005

Carta dirigida al Metropolitano Laurus y a todos
los Obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio
firmada por los miembros de la Iglesia Ortodoxa Rusa
en el Exilio de América del Sur
(Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Venezuela)

Sus Eminencias:

Los que firmamos esta carta, fieles de las iglesias de Buenos Aires y sus alrededores, y toda la Argentina, estamos muy preocupados por el destino de nuestra Iglesia. Por ello, nos hemos congregado por nuestra propia iniciativa en una reunión multitudinaria en el transcurso de la cual hemos resuelto dirigir este escrito a todos nuestros obispos pidiéndoles que analicen nuestras conclusiones contra la unión, en estos momentos de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio (RPTZ por sus siglas en ruso) con MP (Patriarcado de Moscú - MP por sus siglas en ruso). Estas conclusiones se basan en los mensajes de nuestros venerables primados Metropolitanos Antonio y Anastasio, y también los de sus sucesores.

Decididamente no estamos de acuerdo con el hecho de que las negociaciones las está llevando a cabo un comité que no ha sido facultado para ello por el Concilio Ecuménico (Vsezarubezhny Sobor) que debería haberse convocado antes de comenzar estas negociaciones. ¿Por que las deliberaciones y la resolución de un tema tan importante para el destino de la RPTZ - la unión con MP - es la prerrogativa de los que tienen la jerarquía? Para ello tiene derecho solamente la máxima autoridad: el Concilio Ecuménico (Vsezarubezhny Sobor). Las decisiones con fuerza de ley confirmadas por el último Concilio de la Iglesia Ortodoxa Rusa en 1917-1918 nunca fueron anuladas. Una de ellas enuncia: «En la Iglesia Ortodoxa Rusa la máxima autoridad: legislativa, administrativa, judicial y de control, le pertenece al Concilio de Todas las Tierras (Pomestny Sobor)». También se especifica que el Santo Sínodo se ocupa de temas de carácter jerárquico-pastoral que se refieren primordialmente al funcionamiento interno de la Iglesia....... Es cierto que en la resolución temporaria sobre [la creación] de la RPTZ que fue confirmada por el Concilio General de los Obispos del año 1936 está especificado que la máxima autoridad en temas legales, judiciales y administrativos para la RPTZ es el Concilio de Obispos, pero en el enunciado de las tareas asignadas al Sínodo de Concilio no existe siquiera una ligera alusión de que los obispos tienen facultades para decidir sobre el futuro de nuestra Iglesia.

Con anterioridad a la convocación del Santo Concilio de la Iglesia Ortodoxa Rusa en 1917-1918, el Metropolitano Vladimir de la ciudad de Moscú, decía directamente que el Sínodo tiene que ser integralmente eclesiástico, porque, «si el Sínodo incluye solamente a los obispos, entonces habría decisiones demasiado unilaterales...no dejar participar del Concilio a los clérigos y a los fieles podría interpretarse con una expresión de clericalismo. Y esto podría suscitar entre los fieles una falta de confianza y descontento ante las decisiones tomadas por el Concilio». Precisamente, nuestra Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio también decidió tomar decisiones teniendo en cuenta un Concilio Ecuménico. Nuestra Iglesia conservó las costumbres y tradiciones de este principio colectivo [sobornost en ruso] bajo la sabia guía de nuestros primados. Se vio sometida a una serie de duras pruebas y convocó tres concilios donde participaron tanto los clérigos como los fieles de toda la iglesia en el extranjero.

Por cierto, los organizadores del futuro Concilio Ecuménico en el Extranjero pueden producir un masivo resultado “POSITIVO” [por la unión] eligiendo de antemano a los representantes entre los clérigos y los fieles, delimitando la cantidad de representantes de las diócesis, etc. Algo similar ya sucedió también en la Reunión General de Clérigos (Vsezarubezhny Syiezd Dujovenstva) que se celebró hace dos años. Allí, a los sacerdotes que emitían una opinión en contra de la unión, prácticamente les tapaban la boca. Y surge la pregunta, ¿vale la pena enviar delegados al Concilio cuando se tratará sólo de una pro-forma, con resultados previamente elaborados y preparados de antemano?

Tampoco estamos de acuerdo con el hecho de que las negociaciones se llevaban a cabo de manera secreta, manteniendo a los clérigos y a los fieles totalmente al margen de los resultados. Aparte de ello, y desdeñando totalmente la opinión de la mayoría de los fieles y de los clérigos de línea que están en contra de una unión antes de tiempo con MP, las negociaciones siguieron.

Hemos tomado conocimiento del contenido de los “Documentos” publicados que corresponden al trabajo en conjunto de las comisiones y también los “Comentarios” sobre éstos (todos sin firmas). Consideramos que toda una serie de decisiones son completamente inadmisibles para nosotros - hijos dilectos de la RPTZ. Los principales obstáculos para la unión con MP han sido y siguen siendo los siguientes:

  1. Sergianismo (Serguianstvo en ruso) [la declaración del Metropolitano Sergio] en todas sus expresiones.
  2. La participación de MP en reuniones ecuménicas “interconfesionales” (como las llaman ahora) y la inexistencia de una decisión sobre el retiro del Consejo Mundial de Iglesias.

Sin embargo, en el proyecto de relaciones canónicas no existe ninguna decisión clara y satisfactoria respecto a la eliminación de estos obstáculos clave, pues todo está muy confuso y basado en la casuística.

El sergianismo no es tanto el sometimiento de la Iglesia a los intereses de un estado que combate a Dios, como una traición a la Iglesia de Cristo y el rendimiento de pleitesía a las fuerzas de satán. Esto es un pecado que necesita de un arrepentimiento muy sincero, que no se puede dejar “olvidado en el pasado”, como dijo el Patriarca Alexis II, ya que la Iglesia nos enseña que un pecado que no ha sido expurgado con el arrepentimiento, sigue siendo pecado por los siglos de los siglos.

Citamos algunas partes de la carta del Metropolitano Antonio (Jrapovitzky) , una autoridad indiscutible, dirigida al Metropolitano Sergio quien fuera anteriormente su discípulo y amigo: «En lo que respecta a usted... intentó reunir a la luz con las tinieblas, entró en la tentación... no tomó el ejemplo de Jesús ni de los santos mártires, quienes rechazaron este compromiso, usted rindió pleitesía al que fuera el enemigo declarado de nuestra salvación desde tiempo inmemorial. Hasta intentó destronar a los mártires.... y afirmó que ellos han sido sometidos al encierro en la cárcel no porque veneran el nombre de Cristo, sino porque son contra-revolucionarios». Y además: «Nosotros, obispos libres de la Iglesia Rusa, no queremos una tregua con satanás».. (Respuesta del 6 de mayo de 1933 a la exigencia dirigida a la Iglesia del Exilio por el Metr. Sergio Stragorodsky de demostrar «lealtad a los que luchan en contra de Dios, a los perseguidores, opresores y blasfemos de la Santa Iglesia de Cristo». No se limitó a que en su «Declaración» del año 1927 convocó a todo el pueblo ruso a que fuera un leal súbdito del estado que combatía a Dios "no solamente por temor, sino como resultado del fuero de la conciencia”, y exigía lo mismo de la Iglesia en el Exilio.

No reprobamos ni condenamos al Metr. Sergio, pues el juicio está solo en manos de Dios, pero sí estamos obligados a condenar como pecado el sergianismo que está formulado en la «Declaración». El Patriarcado de Moscú intenta justificar al Metr. Sergio diciendo que aunque está implícita la mentira en la “Declaración” pero de esa manera él le daba la posibilidad de existir a la Iglesia con un gobierno que combatía a Dios y salvar la vida de muchos prelados. Sin embargo se guarda silencio sobre la gran cantidad de importantes clérigos que se negaron a firmar esa “Declaración” que fueron torturados y murieron. Recordemos las palabras pronunciadas sobre Judas por Nuestro Señor Jesucristo en la Última Cena: « ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido (Mateo 26 - 24). Pero el Metr. Sergio de esta manera se estaba abriendo camino hacia la cátedra del patriarcado, a la que llegó de una forma contraria a los Cánones.

Ecumenismo - «es la herejía entre las herejías», con la que se niega el dogma ortodoxo de la Iglesia.

El tema del ecumenismo no ha sido de ninguna manera resuelto. La participación de MP en las organizaciones «interconfesionales» y en el Consejo Mundial de Iglesias es inadmisible. Conforme al Reglamento de los Santos Apóstoles No. 10 «El que ora con aquellos que han sido excomulgados de la Iglesia (herejes), aunque sea en una casa particular, será excomulgado.». El Reglamento No. 45 dice: «El obispo, el sacerdote o el diácono que solamente ora con los herejes (sin participar en la misa) será excomulgado».

Según dice el Patriarca Alexis II los representantes de MP «llevan la luz de la Verdad de Cristo» a las personas de otras creencias, pero no sabemos quien ha sido iluminado por esa luz. A su vez la RPTZ se ha resguardado cuidadosamente de la herejía y ha convertido a muchas personas de otras creencias a la religión ortodoxa en diferentes puntos del mundo. Un excelente ejemplo de ello son el Hieromonje Serafim (Rose) y el más conocido todavía Mártir Hermano José, el guardián del ícono de la Santísima Virgen de Iver, que emana mirra (crisma).

Si el Patriarcado de Moscú, como dicen los «Documentos», incluye «la participación de la Iglesia Ortodoxa en las organizaciones interconfesionales» como una condición, entonces tiene claras intenciones de continuar participando en el ecumenismo en el futuro y no tiene intenciones de renunciar a él. Tampoco hemos sabido que el Patriarcado de Moscú tuviera intenciones de renunciar a ser miembro de la Unión Mundial de Iglesias. ¿Acaso el objetivo de todas estas organizaciones interconfesionales no es organizar una «religión» amorfa, no-espiritual para preparar a la humanidad para la venida de anticristo? ¿Y a nosotros también nos quieren involucrar en esta herejía? ¡Que Dios nos libre y guarde de esto!

Ahora nos dicen que los representantes de MP no participaron de estas oraciones generales o universales, pero que solamente estuvieron presentes....pero estuvieron presentes en calidad de delegados y ¡no como «observadores»!.

También queremos señalar la indeterminación y falta de claridad de los «Documentos». Por ejemplo en el cuarto párrafo dice que en caso de que se concrete la unión la «Iglesia en el Exilio sigue siendo independiente en lo que se refiere a temas pastorales, administrativos, etc. y que la máxima autoridad la ejerce el Concilio de Obispos». Pero, también se indica que el Patriarcado de Moscú estará a cargo de todas las decisiones que sobrepasan los límites de las atribuciones del Concilio de Obispos de la RPTZ. ¿Y entonces de que clase de atribuciones estamos hablando, y quién fija esos límites? ¿En qué radica esa autogestión? Jurídicamente esta definición no da ninguna garantía para la libre existencia de la RPTZ.

De todos los documentos emana el sergianismo, que todavía sigue vigente, que deforma, altera y esconde toda una serie de hechos.

Los obispos y sacerdotes que insisten en la inmediata unión con el Patriarcado de Moscú a cualquier precio, dicen con gran facilidad que los que se opinen a la unión serán los futuros cismáticos que con el tiempo crearán sectas y por eso no tenemos que escucharlos. Es muy posible que así suceda, y los exhortamos a esos obispos y sacerdotes que se olviden por un tiempo de la «economía» en el proceso de las negociaciones y aplicar, en primera medida, esa misma “economía” (ikonomia en ruso) en su propia casa - la RPTZ - lo que no permitirá que haya divisiones ni herejías entre sus fieles y contestará todas sus dudas y consultas, los convencerá de que el camino que ha elegido es el correcto y verdadero. Para que no suceda, como lo dice el Profeta Ezequiel (3, 17-18) ....«Hijo del Hombre, yo te he puesto por atalaya...oirás, pues tú, la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: de cierto morirás, y tú no le amonestares ni le hablares, pero que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano».

Nosotros, los fieles, hemos sido asignados a nuestros sacerdotes y obispos para que ellos nos cuiden como buenos padres, no fuimos entregados a ellos como siervos o esclavos, sin derecho a réplica.

Con profundo pesar tenemos que convencernos de que el Patriarcado de Moscú casi no se ha apartado de la postura que tenía antes del comienzo de las negociaciones. Y la comisión de la RPTZ aceptó esta postura como algo que no corresponde analizar y se ocupó de temas relacionados con la situación actual de la Federación de Rusia, la moral de los clérigos de MP, del Presidente de la FR, de algunos aspectos externos positivos en la vida de MP, etc. Y para que todo fuera más fácil sugirió que todo lo que ayer era negro, en el futuro debía ser considerado blanco y de esa manera dejaron de existir todas las barreras e impedimentos. Lo único que hizo MP fue expresar sus buenas intenciones respecto a que no se repetirán los errores del pasado, pero todo eso revestido por una gran nebulosa. Involuntariamente surge la pregunta: ¿tiene libertad esa comisión en lo que hace o está sometida a una misteriosa presión externa?

También tenemos dudas con respecto a que aquellos que pugnan por lograr la unión a cualquier precio, no pueden dejar de llegar a la meta fijada, ya sea por propia voluntad o por coerción. Hasta están dispuestos a permitir que haya relaciones eucarísticas de inmediato, lo que sería totalmente contrario a los Cánones. Las relaciones eucarísticas podrían ser solamente el paso final, pero no el inicial ya que existen temas de fondo que no han sido resueltos. Es lamentable señalar que este tipo de propuestas emanaban de algunos sacerdotes y hasta se escucharon también desde una cátedra obispal. Nadie ha explicado oficialmente el punto de vista de la Iglesia sobre este tema.

No queremos condenar a nadie, pero consideramos que es nuestro deber de cristianos ortodoxos, decir en forma directa, sin hipocresía ni falsedad, que no podemos seguir el mismo camino que ellos. Que ellos se vayan de la RPTZ, nosotros nos quedaremos, y, en la medida de nuestras posibilidades, continuaremos salvaguardando y defendiendo la verdad. Cifraremos la esperanza en la misericordia de Dios, y esperaremos el día cuando en Rusia triunfe la Religión Ortodoxa con una jerarquía elegida de conformidad con los Cánones. Entonces, en ese momento no solamente nos adheriremos, sino que nos fusionaremos (de una manera natural) con nuestra Iglesia Rusa.

Tenemos esperanzas y creemos, que la Iglesia Ortodoxa Rusa resurgirá, y de esta Iglesia la Iglesia en el Exilio nunca estuvo separada. Siempre hemos orado «por el Obispado Ortodoxo de la Iglesia Rusa perseguida» antes de nombrar a nuestro obispo. Todos nosotros esperamos la resurrección de una Iglesia Rusa Ortodoxa fuerte, que sea la única que pueda hacer frente y resistir a ese espantoso mal que se está cerniendo sobre toda la humanidad, y con ello vendrá la resurrección de Rusia. Todo esto será posible solamente cuando haya arrepentimiento por los pecados mencionados anteriormente. Nos alegramos por la relativa libertad religiosa que tiene el pueblo ruso y oramos por él, pero estamos en contra del Patriarcado de Moscú, que fue organizado por el gobierno de Stalin y con fines políticos. Y también sabemos que algunos obispos están comprometidos pues son miembros del servicio secreto.

Nos dirigimos a ustedes, sus eminencias, y les imploramos que vuelvan a analizar desde el punto de vista de la Verdad de Dios y a plena conciencia, nuestra objeción a los «Documentos» y «Comentarios» para que no sucedan irremediables desatinos y no lleguemos a un cisma dentro de nuestra Iglesia Ortodoxa en el Exilio.

Sus Eminencias, si nuestro escrito no es convincente, recuerden la Epístola del Concilio del año 2000 dirigida al Pueblo Ruso. ¡Realmente expresa muy bien nuestros sentimientos! ¡Y todos ustedes, Sus Eminencias, con la excepción de Sus Eminencias Agapit y Pedro, que no eran obispos en ese momento, la han firmado! ¿Qué fue lo que los forzó, Eminentes Obispos, sólo un par de años después de esa Epístola, renunciar a sus convicciones, y tomar un nuevo camino, que es extraño para la Iglesia Ortodoxa en el Exilio?

Grupo de redacción y 177 firmas de los Miembros de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exilio de América del Sur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Venezuela).

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