Un soldado pregunto a abba Míos si Dios perdonaría a un pecador. Después de enseñarle largamente, el anciano le pregunto "Dime, querido, sí tu túnica se rasgase, ¿te desprenderías de ella?" "No -replicó el otro-, la remendaría y la seguiría usando." El anciano le dijo: "Bueno, si tú tanto cuidas de tu túnica. ¿no mostrará Dios misericordia para sus propias creaturas?"
Apotegma, Míos,3