DONAR ÓRGANOS ¿ES AMAR LA VIDA?
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No. No es amar la vida permitir que maten a alguien. Debemos ser conscientes de que al acceder a un transplante de corazón, estamos accediendo a que MATEN al donante, antes de que le alarguen la vida en este mundo al enfermo.
La Iglesia Ortodoxa, quien entre sus santos tiene a muchos médicos, no se ha manifestado oficialmente sobre la donación de órganos y esto tiene una explicación.La Iglesia se expresa cuando es necesario orientar a los fieles en una situación antes no vista o cuando no está clara y explícitamente expresada la enseñanza al respecto en las Sagradas Escrituras.
Sin embargo, ¡¿quién desconoce el sexto mandamiento?! Dios es muy directo y concreto y no excluye en su mandamiento a los cirujanos. Simplemente nos manda a todos: ¡NO MATES!
Claro está, que durante siglos nadie dudó sobre la fuente de la vida en el cuerpo humano y sobre su plena y directa relación con el corazón. Desde el comienzo de la vida en la Tierra, ¨muerto¨ es aquel al que le deja de latir el corazón. Pero esto complicaba los planes macabros de algunos científicos que odian la vida humana y se comenzó diabólicamente a enseñar y convencer a los alumnos de medicina de las últimas décadas, de que la vida depende del cerebro, no del corazón. Así nace una nueva muerte, la muerte clínica. El simple hecho de que se haya tenido que buscar una aclaración, testifica que paralelamente con la muerte clínica existe otra muerte: la natural.
Todo médico honesto aceptará el hecho de que un donante vale como tal, mientras su corazón está latiendo. Es decir, las personas que se dirigen a extirpar un corazón para transplantarlo, deben PARAR el corazón del donante. Cristianamente hablando: deben MATARLO.
¿Será necesario que la Iglesia Ortodoxa deba reunir en concilio a sus obispos para mandarnos algo que Dios Mismo nos ordena en su sexto mandamiento? Lo será, cuando la Iglesia descubra que esta peste se propaga entre sus fieles en forma alarmante. Por ahora eso no está pasando, gracias a Dios.
Sin pretender saciar el tema con estas simples y escasas palabras, detengamos nuestra atención en los siguientes indicativos bíblicos. En las Sagradas Escrituras se nombra a la mente y/o el intelecto en todas sus formas (en el original) solamente 20 veces, en cuanto la palabra corazón es mencionada, en todas sus formas, más de 650 veces. ¿A qué le da más importancia la Biblia?
Las Sagradas Escrituras nos hablan, principalmente, de la vida eterna, espiritual, pero no ignoran en sus enseñanzas la vida corporal. Hay muchas citas bíblicas sobre la vida en el hombre. En el Nuevo Testamento predominan las enseñanzas sobre la Vida y la Salvación del hombre, que es Cristo, y se habla mucho sobre la vida Eterna que está en Él.
Pero podemos dirigirnos al Antiguo Testamento y leemos, por ejemplo: El corazón apacible es vida de la carne… (Proverbios14:30) Y algo muy contundente: Hijo mío, está atento a mis palabras, Inclina tu oído a mis razones, No se aparten de tus ojos, Guárdalas en medio de tu corazón, porque son vida a los que hallan, y medicina a todo su cuerpo. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana vida. (Proverbios 4:20-23).
¡Crea en los médicos, oh, Dios un corazón puro y renueva un espíritu recto dentro de ellos!
No son nuestras vulgares y toscas palabras, sino las de Dios en sus Sagradas Escrituras, Quien nos enseña a no jugar con la vida, a no negociar con ella, pues Él envió a Su Hijo Amado para que nos salve dando Su Vida en la Cruz por todos nosotros. A Él rendimos gloria en la Santísima Trinidad, Vivificadora por los siglos de los siglos. Amén.
(PAI)